El tostado potencia el sabor y las hace más fáciles de digerir. Las avellanas pueden tostarse al horno o freírse en aceite de oliva. Una buena referencia es el color: ha de ser muy dorado y nada oscuro, para que las notas amargas no estropeen el sabor. El olor es también un buen indicador del punto de cocción.
Calibre 9 – 15 mm.