Fresco y delicado, este queso de cabra de finísima textura y con el característico aroma a yogur y leche fresca se obtiene mediante un largo proceso de acidificación de la leche y escurrido de la cuajada sobre lienzo; cremoso y envolvente con su agradable acidez deja la boca perfectamente limpia.
- textura fresca y suave
- leche de cabra, fermentos, sal, cuajo
- forma cilíndrica
- blanco franco y sin corteza
- peso de unos 140 gr
para comer dentro de 30 días